El fomento de la lectura plantea dos problemas importantes: qué vamos a leer y cómo vamos a trabajar esas lecturas para realmente fomentar la lectura. Respecto al primer problema, la elección de los libros de lectura supone un ejercicio personal, y despierta adhesiones y rechazos viscerales: clásicos o contemporáneos, españoles o extranjeros, todo obligatorio o lecturas voluntarias, cómo conjugar obligatoriedad, trabajos, exámenes… con lo lúdico, la pasión por leer ¡qué difícil! Hay que conjugar las decisiones metodológicas (qué enseñar y cómo) con ganar la batalla del placer de la lectura: un libro puede ser muy útil para trabajar ciertos contenidos de la asignatura pero no adecuarse al momento de madurez (o nivel de lectura) del grupo, pues cada libro tiene su momento. En cuanto al segundo problema, el cómo fomentar la lectura, se despliegan desde las unidades didácticas todas las herramientas que sirvan para este fomento de la lectura. Se ofrece desde este libro un acercamiento teórico a los problemas que plantea la animación a la lectura. Además, propone también algunos ejemplos prácticos que pueden ser tomados directamente para el disfrute y el trabajo de los textos dentro del aula.