El daño cerebral en la sepsis: características y papel de Enfermería

Una de las causas de mortalidad predominantes en las unidades de cuidados críticos es la sepsis (síndrome de respuesta inflamatoria sistémica originado por una infección) y las complicaciones asociadas. Como consecuencia de la sepsis se produce un gran deterioro de órganos y sistemas, siendo la disfunción cerebral uno de los más frecuentes. Al conjunto de alteraciones cerebrales que se produce en este contexto se le denomina encefalopatía asociada a sepsis, y su diagnóstico incluye criterios basados en datos clínicos, electrofisiológicos y/o bioquímicos. Esta encefalopatía puede constituir una manifestación temprana de una infección sistémica, visible antes de que esta última cumpla criterios diagnósticos. Por este motivo, la detección temprana de alteraciones cerebrales puede contribuir a un diagnóstico precoz de la infección sistémica. Aunque la fisiopatología de esta entidad dista bastante de ser totalmente conocida, sí se han descrito mecanismos implicados. Estos incluyen alteraciones histológicas en el tejido cerebral, en la neurotransmisión, en la microcirculación cerebral y aquellas provocadas por la liberación de mediadores de inflamación y daño celular. Pese a los efectos perjudiciales sobre el Sistema Nervioso, tanto durante la sepsis como a largo plazo, todavía no se dispone de tratamiento específico para esta encefalopatía, limitándose a la terapia de soporte general para la sepsis. En este contexto, el papel de Enfermería tanto en la detección como en el seguimiento de las alteraciones mentales en los pacientes críticos es fundamental. Es necesaria más investigación para desarrollar estrategias terapéuticas específicas que disminuyan el daño cerebral en la sepsis.