Las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte en la población española. La detección y control de los factores de riesgo cardiovascular sigue siendo la estrategia fundamental para prevenirlas1. La educación sanitaria para la prevención de síndromes coronarios agudos se centra en los factores de riesgo, y en la actualidad se define como un elemento o una característica mensurable que tiene una relación causal con un aumento de frecuencia de una enfermedad y constituye factor predictivo independiente y significativo del riesgo de contraer una enfermedad2. La presencia de un FR no asegura que se vaya a desarrollar una enfermedad CV, así como su ausencia tampoco garantiza una protección total frente a ella. Definimos la prevención cardiovascular como el «conjunto de actividades e intervenciones que tienen como objetivo reducir la probabilidad (riesgo) de padecer o morir por una ECV». Pueden ser de carácter poblacional(a toda la población general o a determinados subgrupos amplios), grupal(educación o intervención grupal) o individual(p.ej., atención primaria)3. Pero ¿qué pasa tras el cateterismo?, todos los esfuerzos se centran en paliar y reducir los factores de riesgo antes de que ocurra el síndrome coronario pero tras éste es muy importante seguir manteniendo esos factores de riesgo controlados para evitar una segunda intervención. Tras el alta hospitalaria pocos son los pacientes que acuden a la consulta de rehabilitación cardíaca, por su escasa existencia en nuestro país4 y el control realizado es en su centro de salud por el equipo de atención primaria, y en ocasiones es escaso ya que muchos de los propios pacientes no acuden a realizarse ningún control. Por ello debemos incidir de igual manera en el control de los factores de riesgo que veremos más adelante, tanto en el antes como en el después de la intervención.