La traqueostomía percutánea (TP) es un procedimiento mínimamente invasivo, de creciente instauración en Europa y Estados Unidos, en el que el abordaje traqueal se efectúa usando el método Seldinger. La Traqueostomía Percutánea se está imponiendo como técnica de primera elección en los pacientes en estado crítico ya que aporta numerosas ventajas entre las que destacan: técnica sencilla (precisa poco instrumental), segura, rápida (disminuye el tiempo quirúrgico) y económica, que no precisa traslado al quirófano, por lo que disminuye la morbilidad por traslado y evita la utilización del quirófano. En comparación con la traqueostomía convencional (TQ) presenta menor tasa de complicaciones peri y posoperatorias y favorece el cierre precoz del estoma con buenos resultados estéticos (cicatriz más pequeña, puesto que el estoma es más pequeño). La baja tasa de morbilidad de esta técnica es atribuible a que expone menor cantidad de tejido (menor probabilidad de sangrado e infección) y a la preservación del anillo cartilaginoso traqueal, lo que junto a la disminución en la movilidad de la cánula se relaciona con la baja frecuencia de estenosis traqueal. A pesar de sus cuantiosas ventajas también presenta algunas desventajas, como son: canulación traqueal a ciegas (las complicaciones propias de esta técnica son la inserción paratraqueal y el fracaso en canular la tráquea) y el hecho de que sea precisa una curva de aprendizaje relativamente amplia por parte del personal que practica la TP.