Posición de los usuarios de un servicio de Medicina sobre el final de la vida y el documento de voluntades anticipadas

Durante el paso del tiempo la posición de la humanidad con respecto a la muerte ha variado de tal forma que pasa de ser un acontecimiento natural e ineludible a un hecho inaceptable, comienza a ser un tabú del que no se permite hablar, incluso cuando se le espera. Los adelantos conseguidos por la ciencia médica han posibilitado el aumento de la esperanza de vida, que no siempre va de la mano con lo que va a determinar la calidad de vida. Es por eso que se modifica la definición de salud como la ausencia de enfermedad, por la presencia de bienestar físico, mental y social. Ante la prolongación de la esperanza de vida, se ve un incremento de enfermedades crónicas y discapacidades que generará una pérdida progresiva de la calidad de vida, lo cual lleva en muchas ocasiones al personal sanitario y familias a entrar en discrepancias acerca del momento de continuar con esfuerzos orientados a recuperar la salud o mantener el confort de los pacientes. Ante la imposibilidad de poder conocer en qué momento podría presentarse situaciones en las que el individuo se puede encontrar ante este tipo de decisiones, se ve la necesidad de crear un mecanismo mediante el cual una persona en estado pleno de sus capacidades, por propia decisión y deseo de mantener su estado vital mientras le permita gozar de una calidad de vida aceptable y ante el temor de verse abocado a que en su nombre se tomen decisiones que pueden estar en contra de ese pensar; se crea en la legislación española la figura del documento de voluntades anticipadas o testamento vital.